En 2019 me diagnosticaron con una condición llamada lipedema, que consiste en acumulación descontrolada de grasa en piernas, brazos o ambas. Me diagnosticaron a los 30 años, después de pasar prácticamente toda mi vida preguntándome qué tenía y sin encontrar respuesta. Una vez diagnosticada, viajé a Madrid para vivir lo que sería uno de los momentos más importantes de mi vida: mi primera cirugía de lipedema
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ToggleMi vida antes de saber que tenía lipedema
Todo comenzó para mí aproximadamente a los 12 años, cuando me di cuenta de que mis piernas empezaron a cambiar. Antes de esa edad eran unas piernas ‘’normales’’, pero después de esa edad tenían una forma muy característica, como forma de columna o pata de elefante, y aunque yo en la parte del torso era muy delgada, mis piernas no lo eran. Eso fue empeorando a lo largo de mi vida. Por supuesto que traté de encontrar respuestas, iba a médicos vasculares, cirujanos plásticos, pero nunca nadie me dio una respuesta, lo que fue muy duro para mí durante mi crecimiento.
Recuerdo en el bachillerato que estudiaba en un colegio en el cual el uniforme era de falda, y mientras todas mis compañeras en la época de los 16-17 años trataban de subirse la falda para tenerla más corta, yo me la quería bajar. Siempre la usaba muy larga con el fin de cubrir mis piernas.
Ningún médico nunca me dio respuesta. Me decían que mis piernas eran así por ser hija de un español, que las europeas tienen las piernas así, y que lo que debía hacer era dieta y ejercicios. Por supuesto que cuando me decían eso yo me sentía muy frustrada, porque desde mis 14 años yo hacía ejercicio frecuentemente en el gimnasio, y en mi casa siempre se ha comido muy sano. Entonces ninguna de esas dos cosas era algo que yo no hiciera, y cuando los médicos me lo decían, yo me frustraba mucho, hasta el punto de pensar en dejar de comer completamente, cosa que no hice pero que me hubiera llevado a un trastorno como la anorexia.
¿Cómo me diagnosticaron lipedema?
Cuando tenía 24 años, hubo un médico en especial que me dijo que yo necesitaba hacer ejercicio porque lo que tenía era grasa; y no se equivocaba, era grasa, pero me echaba la culpa a mí, decía que yo no me movía y tenía que dejar la flojera. Salí tan decepcionada de esa consulta, que a partir de ahí decidí no volver a visitar ningún médico, y así fue, no volví a visitar a un doctor hasta aproximadamente mis 28 años, cuando hice un viaje hacia Japón para grabar videos para mi canal de YouTube.
Ese viaje fue muy largo, y recuerdo que las piernas se me hincharon bastante, mi piel estaba súper estirada y me dolía muchísimo, y en el momento yo decía ‘’no puede ser que me digan que yo soy así y punto’’. Estaba convencida de que tenía que tener algo, entonces volví a Google y expuse mis síntomas como: piernas hinchadas, piernas que se te duermen, piernas de elefante. Allí di con una cuenta de Instagram que se llama Sara, y cuando vi sus fotos quedé impactada. Sus piernas se veían iguales a las mías.
Sara estaba compartiendo un proceso de cirugía que se había hecho en Alemania, y su antes y después era impresionante. Cuando vi sus piernas yo dije ‘’esto es lo que yo tengo, y eso es lo que tengo que hacer’’. Hablé con ella, me dijo con quién se operó y cómo fue su proceso. Entonces decidí contactar al Dr Burgos de la Obra, líder del equipo Lipemedical, de Madrid, España. Llené un formulario que me dieron, hice mi primera consulta con él y me diagnosticó con lipedema.
Cuando me diagnosticaron con lipedema, me tomé un par de semanas para pensar en el tratamiento que me ofrecían, que es la cirugía de lipo descompresión WAL, liposucción asistida por agua. Decidí dar el paso, y empecé a prepararme para la fecha de mi cirugía, que sería el 10 de marzo de 2020. Preparé mi viaje a Madrid, y me realicé mi primera cirugía de lipedema en pantorrillas.
Así es todo 4 años después de mi primera cirugía de lipedema
Hoy se están cumpliendo 4 años, y me parece increíble lo rápido que ha pasado este tiempo. El día que me operaron yo pensaba ‘’¿cómo estaré cuando cumpla un año o dos?’’, y ya ese tiempo pasó. Hablo de esa primera cirugía porque en total yo me hice tres. La primera fue el 10 de marzo de 2020, a los tres días hubo una pandemia y me quedé encerrada en España durante 7 meses, en los cuales ya yo tenía otras dos cirugías previstas: mi cirugía de muslos, y finalmente mi cirugía de brazos, porque a mis 30 años, ya tenía afectación incluso en mis brazos.
Los principales síntomas que yo tenía eran adormecimiento de las extremidades, mucho dolor, morados espontáneos, y por supuesto un complejo que me afectaba a nivel psicológico. Nunca fui a la playa con nadie, no quería mostrar mis piernas, nunca usé falda, no podía utilizar botas, porque ningún tipo me cerraba por lo grandes que eran mis piernas. Después de mi cirugía pude empezar a hacer todas estas cosas, a utilizar falda, a comprarme botas, y mi forma de vestir cambió. También, los síntomas mejoraron de forma inmediata, no hubo más dolor, morados espontáneos ni adormecimiento en las piernas.
Hoy, cuatro años después de mi cirugía me siento muy bien, mis piernas se sienten súper, y totalmente repetiría este proceso. Además, estoy totalmente agradecida, no solo porque me siento mucho mejor, sino porque gracias a mi proceso he podido ayudar a cientos de mujeres a descubrir qué es lo que tienen. Me abrí una cuenta especializada en lipedema llamada @gladys.lipedema en la cual me llegan mensajes prácticamente todos los días de chicas que están descubriendo la enfermedad, que tiene un código como patología en la Organización Mundial de la Salud, y ellas la descubren por mí.
El primer tratamiento no es el quirúrgico, para mí lo fue porque esa fue mi decisión, pero también tienes que hacer tratamientos conservadores: utilizar medias de compresión, hacer deporte, drenajes linfáticos, fisioterapia. Es un complejo de cosas con las cuales tenemos que aprender a lidiar.
Para mí, la mejor decisión que he tomado fue la de realizar mi cirugía, por eso cada año celebro ese día como si fuese mi cumpleaños, porque realmente siento que volví a nacer, que tuve la oportunidad de ser otra, de expresarme mejor. No me imagino recorriendo los países del sureste asiático, que son tan calientes y tan húmedos sin haberme operado, primero, por el dolor en las piernas, segundo, por la hinchazón, y tercero, por la vergüenza de utilizar shorts sin querer mostrar mis piernas que ya se encontraban en un grado II de lipedema.
Seguiré celebrando cada año mi cirugía de lipedema como si fuese mi cumpleaños porque para mí lo es. Tengo la tradición de tomarme fotografías que en los primeros años solían ser con las piernas descubiertas, como un antes y después, pero este año quise hacer algo diferente utilizando unas medias de compresión, porque recuerdan que en este proceso también he tenido otros logros: me convertí en embajadora de una marca de medias de compresión italiana, he conocido a otras muchachas afectadas a las cuales he podido ayudar, y mi estilo de vestir ha cambiado.
Estas fotos representan mucho lo que soy hoy, y, al ser una celebración de cumpleaños por supuesto que tenían que tener una torta. Estoy muy agradecida con todos los que me han acompañado en este camino a celebrar estos cuatro años de cirugía conmigo.
Para las fotos de este año decidí usar medias de compresión porque las sigo usando. Y también como símbolo de logro: la cirugía me abrió caminos para ser embajadora de marcas internacionales de prendas de compresión.
Si mi historia te ha conmovido o quieres saber más sobre el lipedema y su tratamiento, te invito a seguir mi canal de YouTube y mi cuenta de Instagram sobre lipedema. para más información y apoyo. También puedes compartir mi historia para ayudar a crear conciencia sobre esta enfermedad y dar esperanza a quienes la padecen.
Si quieres ver más sobre ese 10 de marzo y mi proceso de cirugía, mira el siguiente video.