En el 2019 recorrí las calles de Japón para conocer y compartir contigo cuánto se gasta en un día regular de turismo. Aquí encontrarás referencias de precios del transporte público, la comida e incluso algunas atracciones como los centros comerciales y lugares turísticos tradicionales de la isla.

Me estaba hospedando en una urbanización en Yotsugi, a unos 40 minutos de Tokio, Japón, así que comencé mi trayecto tomando el metro que me llevaría hasta la capital japonesa. Pagué 713 ¥, lo que equivale a unos 7 dólares y aunque este primer viaje en tren podría considerarse costoso, vale completamente la pena.

Su perfección no tiene precio

Para movilizarte por Japón ni siquiera necesitas pagar taxis, porque puedes llegar a cualquier lugar en metro. Este sistema de transporte público es extremadamente perfecto, muy puntual y eficaz. Puedes trasladarte con maletas si lo necesitas y acceder a él desde distintos puntos, sean turísticos o no. La primera vez hice un largo recorrido en metro para ir a visitar el Palacio Imperial de Tokio.

Mi segundo viaje costó 689 ¥ (unos 6 dólares), duró casi una hora y fue desde Yotsugi hasta Odaiba. No obstante, debes considerar que este costo se duplica al pagar el viaje de regreso. Una vez llegué a este destino, quedé impresionada con lo bien que funciona todo.

Odaiba es una isla artificial construida desde cero por los japoneses y ofrece vistas increíbles desde cualquier ángulo donde la mires para que tomes fotos increíbles de tu viaje por Japón. En esta isla se encuentra una réplica a menor escala de la estatua de la libertad y aun cuando no es un símbolo de Japón, visitarla es la excusa perfecta para disfrutar de una ruta inolvidable.

El Japón tradicional en medio de la modernidad

Si visitas Japón, el Palacio Imperial es una parada turística obligatoria que te brindará la oportunidad de conocer, aunque sea por fuera, este histórico complejo de jardines. Realizan dos recorridos guiados al día completamente gratuitos y en distintos idiomas: uno a las 9 de la mañana y otro a la 1:45 de la tarde, pero ten en cuenta que debes formarte desde antes. Para el segundo tour, por ejemplo, tendrías que llegar a las 11 de la mañana.

Dentro de este complejo de jardines se encuentra el castillo Edo, también conocido como castillo Chidoya, una antigua edificación que funge como eje central del resto de construcciones modernas que conforman la capital japonesa.

En el pasado, el mencionado castillo fue un enorme complejo militar en torno al cual se desarrolló la vida de los japoneses, hasta el momento en que sufrió incendios que destruyeron la fortaleza casi en su totalidad; pero esta no fue la única zona afectada, ya que tras los bombardeos de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte del complejo imperial quedó derribado.

Hoy en día, sus espacios se encuentran reconstruidos, pero son limitadas las zonas abiertas al público. En los jardines Fukiya se ubican además las residencias actuales del emperador y la emperatriz.

No podían faltar las paradas gordelias

Inicié otro día de turismo haciendo una parada en un Starbucks para darles una idea de lo que cuesta tomarse un café de la conocida cadena en este lugar del mundo. Tienen muchísimas opciones pero si eliges un White Mocha o un Caramel Macchiato grande, te costará, aproximadamente, 480 ¥ o 4 dólares. Si te inclinas por un frappuccino de fresa, la referencia es de 640 ¥ o 5 dólares.

Ahora bien, la comida callejera también se lleva un buen puntaje en el termómetro gordelio. Cuando estuve por Odaiba, me detuve con mis amigos a probar unos perros calientes muy diferentes a los que estamos acostumbrados de este lado del mundo. Estos perros calientes que nosotros pedimos costaron 600 ¥ que equivalen a unos 6 dólares, para que tengas un estimado de lo que cuesta un tentempié en Japón.

De allí partimos a conocer los espacios de un centro comercial y como era de esperarse, los japoneses se encargaron de que cada rincón tuviera su magia: las escaleras decoradas con coloridas luces que dan la ilusión de movimiento, todos los pasillos iluminados, llenos de una amplia gama de tiendas y hasta lo inesperado, un robot que hace sus propios shows.

Desde mi perspectiva, un viaje a Japón no está completo sin vivir la experiencia de sumergirte en el Japón tradicional en medio de la moderna ciudad actual. Lo que más me encantó de conocer este país insular es el esmero que ponen sus habitantes en hacer de cada rincón un lugar cercano a la perfección.
Como cualquier sociedad, tiene sus oportunidades de mejora, pero en líneas generales se trata de un destino impecable que vale la pena conocer. Espero que tú también lo tengas en tu lista de lugares por visitar; por el momento, te invito a adentrarte un poco en su cultura y cotidianidad a través de mis ojos.