Era la época de colegio en la que uno se vestía con camisa blanca. En algún momento me provocó usar gorra, jeanes holgados y muñequeras… quería ser rapera. Como buena aspirante a cantante de rap, asistía a los conciertos de Vagos y Maleantes. Yo tenía que corear en vivo los temas del momento: “La boca del lobo”, “Estallido social” o “Historia nuestra”.
En mi círculo familiar ya era común comentar el secuestro o atraco de algún amigo y en la calle se hablaba de un país dividido. Para mí todo lo que escuchaba en las canciones del álbum “Papidadeando” era desconocido, pero con habilidad me aprendía las letras. Letras llenas de contenido social.
Poco tiempo después me hice fanática de “Tres dueños” ¿La razón? El cantante Budú, quien yo había escuchado una y otra vez durante la época de camisa blanca, estaba en el grupo.
Quince años más tarde, me preparo para entrevistarlo. Le doy play a las canciones que lo hicieron conocido en el país, temas que aún tarareamos como si fueran éxitos del día. Durante las horas previas al encuentro coreo una y otra vez “Fiera salvaje”. Compro agua, galletas y café… Todo para recibir al ídolo de la Gladys rapera.
Llegó la hora de entrevistarlo. No quiere café, no hace ningún gesto cuando le comento sobre las galletas, también rechaza el agua. Inicia la entrevista y me asusto cuando con una sacudida de manos pide que supriman la cortina musical. Era “Fiera Salvaje”, un tema que había elegido para contextualizar la narración que realizaba sobre él. Me sorprende saber que prefiere mantener distancia con esos años de fama rapera; los años que yo asocio con emoción, él los rechaza con gestos de desprecio.
Sigo adelante y no tardó mucho en intuir que Budú prefiere saltarse mi pregunta referente a sus inicios musicales. Inicios enmarcados en San José de Cotiza, sin un padre, vendiendo drogas y haciendo el moonwalk de su ídolo Michael Jackson.
Prefiero dejarlo así… Mejor me sumerjo en las preguntas de rutina: tema promocional, el más reciente featuring y su última actuación en el cine.
A lo jamaiquino
En 2015 firmó con Sony Music y grabó su disco “Zandunga”*, el cual contiene el tema “Badda Boom” un promocional tan folclórico como él: “La idea del tema fue mía. Nunca había cantado danza y quise hacerlo luego de mi llegada de Panamá. Todo está hecho en Venezuela”.
“Zandunga”* Está conformado por diez temas y todos están basados en el ritmo jamaiquino llamado dance hall. “Desde que estoy afuera he escuchado lo que se está haciendo y es este style”, comenta el artista. En este disco no hay hip-hop, ni contenido social. Sus letras están dedicadas a la mujer.
La carta de presentación ante el mundo
En 2005 se estrenó en Venezuela la película “Secuestro express”, Budú tuvo una participación estelar en ella y es un clásico del cine venezolano. Fue dirigida por Jonathan Jakubowicz con quien Budú siempre ha mantenido contacto: “En 2011 Jonathan me habló sobre un proyecto. Planeaba hacer una película sobre la vida de un boxeador y me quería como el entrenador del mismo. Pasaron los años y yo me enteré de que era Tego Calderón quien haría el personaje del entrenador del boxeador. Claro, es muy conocido internacionalmente”.
Sin embargo, los trabajos actorales de Budú intercedieron por él. Como parte del elenco de la película de Jakubowicz (Manos de piedra) está el doble ganador de Óscar Robert de Niro,quien revisa a los actores y los cambia si así lo intuye. Fue De Niro quien al verificar las actuaciones de Budú decidió darle el papel de Plomo Quiñones.
El entrenamiento: menos kilos, más comida
Comenzó su preparación para el rodaje de “Manos de piedra”: convivencia en los barrios panameños para absorber el acento, doble entrenamiento al día para conocer todo sobre el boxeo y un chef especializado en comida mexicana las 24 horas para recuperar los kilos perdidos por tanto ejercicio.
“Yo en la mañana hacía pesas y en la noche practicaba boxeo. Bajé 50 kilos y cuando llegué a Panamá me dijeron que estaba muy flaco, por eso me asignaron un chef. Tomaba Coca-Cola todas las mañanas y comía tabletas de Hersheys del tamaño de una laptop. Además de la comida mexicana. Engordé de nuevo para poder interpretar el personaje”, contó Budú.
-¿Con qué te inspirabas para interpretar el papel de Plomo Quiñones antes de enfrentar la cámara en el set de grabación?
-Primero me contaron toda la historia de Panamá y luego me hicieron saber el amor de los panameños por el tema “Patria” de Rubén Blades. Cada vez que iba a entrar al set me colocaban unos audífonos con esa canción y yo entraba en personaje: se me salían las lágrimas y cambiaba hasta mi manera de caminar. Era otro tipo.
Antes de terminar la entrevista Budú pide disculpas por los gestos negativos al escuchar “Fiera salvaje”. Finalmente logré sacarle una sonrisa, no comió galletas, tampoco tomó café. A Pedro Pérez pocos lo conocen, mientras tanto sigo queriendo a Budú.
Puedes disfrutar la entrevista en mi canal de Youtube
Instagram, Twitter y Snapchat @GladysSeara