Solemos saber de Petare lo que vemos en las noticias, en las redes sociales, lo que escuchamos en una que otra canción, pero ¿cuántos de nosotros nos hemos dado la oportunidad de conocer más allá? Por eso, hoy quiero compartir contigo un enfoque distinto de Petare. Por muchos años ha sido catalogado como una “zona roja”, pero para mí está lleno de cultura, historia y sobre todo, de mucho sabor.
En mi primer acercamiento a Petare, me animé a recorrer su casco histórico y a probar la comida popular más famosa de estos rincones mirandinos. No puedo dejar de resaltar sus fachadas perfectamente conservadas como hace 400 años cuando se fundó la parroquia, sus colores vivos y la amabilidad que caracteriza a su gente.
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ToggleEl corazón de Petare
—¡Dame un yoyo por favor!— le dije a la señora Candy cuando me atendió en Tostadas El Calvario, un local que lleva 33 años en la calle Pacheco. No sabía lo que era un yoyo, pero con la descripción que me dio, no puede resistirme: se trata de una preparación de plátano maduro con queso rebozada en harina de trigo que las personas suelen acompañar con un vaso de avena fría. En el local de Candy puedes comprar 3 de estos por 2 dólares.
De camino a puente Baloa pasé por la plaza Sagrado Corazón de Jesús, vi el famoso Jesús de las manos grandes, como suelen llamarlo los habitantes de la zona, y descubrí un Cruz Diez adornando la calle, una obra de arte que encaja, perfectamente, con el resto de las construcciones.
La segunda parada gordelia fue un carrito que lleva unos 20 años vendiendo su popular chicha. Tienen diferentes tamaños que van desde los 0.50 centavos de dólar y lo mejor de todo es que puedes endulzar tu paladar cualquier día de la semana, porque los vendedores están activos de lunes a domingo.
Sector Nazareno: lleno de historias que inspiran
Para llegar a este sector, escogí la línea de taxis más vieja de Petare, Taxi Baloa. La carrera costó 15 dólares y después de unos 15 minutos de recorrido con el señor Patica, llegué al local de Lola, una comerciante que lleva más de 12 años alegrando a los petareños y a todo el que la visita con sus deliciosas empanadas.
Por el equivalente a 0.50 centavos de dólar pude degustar una de pollo recién hecha, pero Lola me comentó que la de carne mechada es otra de las más vendidas. ¿El secreto de su éxito? La sazón de Lola.
Un poco más adelante se encuentra la chicharronera El Pirineo, un local que ofrece una explosión de sabores que te harán sentir como en El Junquito, sin salir del sector Nazareno de Petare. Al momento de mi visita, este negocio familiar tenía tan solo tres semanas de inaugurado; aun así, estaba en todo su esplendor: con un menú variado, precios asequibles y una atención increíble.
Dejé atrás El Pirineo y me fui hasta Reynas Burger, un puesto que en sus inicios vendía únicamente hamburguesas, pero ahora ha ampliado su carta para complacer a todos sus clientes.
Conversé con Jesús, uno de los personajes detrás de este emprendimiento, quien me contó cómo se consolidó su negocio a raíz de la pandemia, pues Reynas Burger es el resultado de la reinvención. De una familia que trabajaba en administración y en el área de la electrónica, pasaron a capitalizar esas recetas que antes eran solo una forma de compartir en casa los fines de semana.
Si visitas Reynas Burger, puedes encontrar hamburguesas desde 1 hasta 10 dólares, pepitos, salchipapas, arroz chino con sus respectivas lumpias, pastichos, pizzas, diferentes bebidas, postres y los infaltables tequeños. Algo muy particular de este local es que, un sábado al mes, los clientes tienen la posibilidad de disfrutar de una buena porción de paella por tan solo 10 dólares.
Para cerrar con broche de oro, probé la conocida chicha de Orozco, un puesto que tiene una trayectoria de 40 años y que ha sabido ganarse los corazones de los petareños, porque no hubo una sola persona que no me recomendara este lugar.
Así terminé mi recorrido, con la barriga llena, el corazón contento y con muchísimas ganas de volver para seguir conociendo y degustando. Como dirían los dueños de Reynas Burger, ¡no te quedes con las ganas! Ni de visitar Petare ni de hacer estas paradas gordelias.
Desde que pisé este municipio hasta la parte más alta, pude ver cómo sobra la gente trabajadora, esa que siempre busca la forma de salir adelante. Todos los venezolanos deberíamos decir con orgullo que Petare es nuestro. Visitar sus calles es un plan diferente y una experiencia enriquecedora que deberías vivir, por lo menos, una vez en la vida, pero si aún no lo has hecho, te invito a disfrutar de mi último vídeo, donde documenté las mejores recomendaciones de la zona.